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El
caballo andaluz es una
raza de caballo española originaria de
Andalucía. Se trata de un
caballo ibérico de
tipo barroco que está entre las razas
equinas más antiguas del mundo. En España también se le conoce comúnmente como "caballo español" y se le denomina oficialmente "
Pura Raza Española" (PRE), porque se considera que el andaluz es el caballo español por
antonomasia, a pesar de que existen muchas otras
razas equinas españolas. Sin embargo en la mayoría de países recibe el nombre de "caballo andaluz".
[1] El
caballo cartujano es una de las líneas de cría más importantes de esta raza.
A lo largo de la historia el caballo andaluz ha tenido un papel fundamental en la formación de razas equinas
europeas y
americanas, como el
caballo hispano-árabe,
[2] hispano-bretón,
[3] el
frisón, el
lipizzano, el
kladruber,
[4] el
criollo, el
paso fino,
[5] el
peruano de paso, el
mustang, el
Alter Real y el
lusitano.
[editar] Antecedentes históricos
El Guadalquivir a su paso por Córdoba.
Desde la
Antigüedad los caballos de la
Bética fueron muy apreciados en el
circo romano y han tenido gran fama. En la
Edad Media, en la actual Andalucía había tantos caballos que
Abderramán I, el año
780, otorgaba seguro y paz a los
mozárabes granadinos mediante un pacto, que les obligaba a pagar anualmente 10.000 onzas de oro, 10.000 libras de plata, 10.000 cabezas de los mejores caballos.
[6] Durante el
Califato de Córdoba fue muy importante la yeguada de la corte de los
omeyas, así como la yeguada de
Almanzor y sus jinetes
bereberes. Se tiene noticia de la yeguada del califa
Alhakén gracias a la crónica en la que
Ziyad Ibn Aflah, caballerizo del califa y
zalmedina de
Medina Azahara, ensalza la calidad de los potros que anualmente se concentraban en la
almunia Amiriya, procedentes del destete de las más de 3000 yeguas que tenía el califa en las
marismas, junto a 500
sementales, en un claro paralelo con la posterior
Saca de las Yeguas.
Dada la calidad de los caballos del sur de la
península ibérica, desde el
siglo XIII hasta el
XIX los reyes establecieron la prohibición de cruzar las yeguas con
asnos, en Andalucía,
Extremadura y
Murcia, estableciendo una "raya real" al sur de la cual estaba prohibido el mestizaje de los
équidos, para preservar su pureza.
El
Reino de Córdoba fue especialmente célebre por sus caballos. En él hubo dos linajes dedicados a la cría caballar. Los Mexía, señores y luego
condes de Santa Eufemia, fueron famosos ganaderos desde el reinado de los
Reyes Católicos, destacando en la cría de caballos tordos. Don Rodrigo Mexía el Viejo proveyó de caballos al rey
Carlos I entre
1520 y
1530 y enseñó por mandato real a los gobernadores de
Castilla su sistema de cría aprendido de su padre Don Gonzalo. Por otro lado fueron renombrados los caballos "guzmanes" o "valenzuelas", que tuvieron su origen en un
semental bereber que compró Luis Manrique, de la
Orden de Calatrava en Córdoba, a un tal Guzmán. A la muerte de Manrique, sus caballos pasaron por las manos de Martín Fernández de Córdoba Ponce de León, nieto del
Conde de Cabra, quien regaló la piara al
Gran Capitán que, a su vez, la dejó a Juan Valenzuela, en cuya familia permaneció hasta ser aquirida por Luis Gómez de Figueroa. Esta yeguada decayó irreparablemente durante la
Guerra de la Independencia Española. De esta línea de cría poseyeron caballos el
duque de Osuna, el
duque de Arcos, el
conde de Medellín y el
duque de Medinaceli, entre otros magnates.
Caballerizas Reales de Córdoba.
Caballo lusitano, caballo andaluz ligero criado en Portugal, con libro y denominación propias desde 1966. El lusitano es un caballo andaluz de perfil subconvexo y grupa redondeada ligeramente inclinada.
Dos jinetes sobre caballos andaluces en una exhibición de doma vaquera; vestidos de corto (traje de faena compuesto por calzonas, botos con espuelas, zahones, chaquetilla corta y
sombrero de ala ancha) sobre montura vaquera (cabezada vaquera, ahogadero y mosquero, riendas con bocado de trabajo, silla y estribos vaqueros).
En el
siglo XVI Felipe II encargó a
Diego López de Haro y Sotomayor, I
marqués de El Carpio, la creación de las
Caballerizas Reales de Córdoba, donde agrupó los mejores sementales y yeguas de las tierras que bordean el
Guadalquivir, siendo esta yeguada real el origen de la raza del caballo andaluz. En el nombramiento del marqués como caballerizo en
1567 dice el rey:
[...] hemos acordado de sostener y criar un buen número de yeguas de vientre con sus potros y crías en la Ciudad de Córdoba y otras partes y lugares de Andalucía.
Las caballerizas se hicieron depender de la
Junta de Obras, Jardines y Bosques[7] y para la empresa se dedicaron, entre otros, fondos económicos provenientes de la explotación de
salinas andaluzas. En
1576 las caballerizas contaban con 50 empleados y 110 plazas y en la década de 1580, 600 yeguas pacían en las dehesas de Córdoba,
[8] 400 en las de Jerez y 200 en las de Jaén. En palabras del marqués:
La bondad de la raza de caballos de Córdoba, es cosa de mayor grandeza que tiene su Majestad en sus Reinos.
A la muerte del I marqués, el cargo de "Caballerizo Mayor de las Reales Caballerizas de Córdoba" pasó a su hijo, permanenciendo como cargo hereditario en el
mayorazgo de la
Casa del Carpio desde
1625, por concesión real a su nieto. La corona también tenía la
Yeguada Real de Aranjuez, formada por las yeguas de la
Orden de Santiago, cuyo patrimonio había revertido en la corona, y otro rebaño en
Valladolid. Sin embargo su calidad no era comparable con la Yeguada de Córdoba.
De hecho en
1605,
Cervantes, en el
capítulo XXIV del Quijote da por hecho que Córdoba es la madre de los mejores caballos del mundo. Asimismo, en el
capítulo XV de dicha novela, hace alusión a la gallardía de las yeguas cordobesas con las siguientes palabras:
No se había curado Sancho de echar sueltas a Rocinante, seguro de que le conocía por tan manso y tan poco rijoso que todas las yeguas de la dehesa de Córdoba no le hicieran tomar mal siniestro.
En todo el
Siglo de Oro no hubo duda de la excelencia de los caballos andaluces.
Lope de Vega en su comedia
Los comendadores de Córdoba recoge no sólo la fama de los caballos cordobeses sino también la de sus jinetes.
[9] Del mismo modo la citada obra de Lope
[10] de
1610 y la
Fábula de Polifemo y Galatea de
Góngora de
1612, dedicada al
conde de Niebla, son un testimonio excepcional de la denominación histórica "caballo andaluz".
Por estas fechas los caballos andaluces eran muy apreciados dentro y fuera de España, teniendo propietarios como
Don Juan de Austria, los reyes de
Francia, el
Duque de Baviera, el emperador
Maximiliano II y su hermano el
archiduque Carlos. Estos dos últimos crearon el
caballo lipizzano a partir de caballos andaluces ligeros y la
Escuela Española de Equitación en
Viena, siguiendo la doma española tradicional.
En esta época surgieron las
maestranzas de caballería, corporaciones nobiliarias cuyo principal fin era el ejercicio de la monta a la brida y a la jineta, que en algunos casos construyeron y sostuvieron sus propias
plazas de toros. Las maestranzas surgieron en Andalucía con la creación de
la de Ronda en
1573,
la de Sevilla en
1670,
de Granada en
1689,
la de Carmona en
1728,
la de Antequera, del mismo año,
la de Jerez en
1739 y se intentaron constituir otras en Jaén y
Utrera, en 1731 y 1732 respectivamente, pero fueron denegadas por la Junta de Caballería. Las maestranzas también se extendieron fuera del territorio andaluz, con la fundación de
la de Valencia en
1697,
la de Palma de Mallorca en 1758 y
de de Zaragoza en
1819.
[11] El artículo primero de los estatutos de la Maestranza de Granada, redactados en
1764, es otro ejemplo de la denominación histórica de esta raza como "caballo andaluz":
[...] y para que los caballos andaluces que han hecho la milicia española superior a la de todas las naciones, no descaezcan de la excelencia en que se constituyen por la hidalguía de sus razas, y primor de su doctrina [...]
[12]En
1751 se produjo un grave incendio en las caballerizas de Córdoba, por lo que
Fernando VI ordenó reconstruirlas, finalizándose la obra en tiempos de
Carlos III, quien colocó sus armas en la fachada. Ese mismo año
José I de Portugal quiso crear una yeguada nacional en su reino, para lo cual adquirió 33 yeguas y 2 sementales andaluces. En 1753 la cabaña tenía ya 268 individuos, principalmente de capa castaña, origen de la raza llamada
Alter Real.
Los avatares políticos del
siglo XIX en España, causaron grandes daños en la cabaña equina nacional. Con motivo de la Invasión Francesa, en
1808 las yeguas de las Caballerizas de Córdoba fueron trasladas a las
Islas Baleares para preservarlas del expolio
napoleónico.
[13] Terminada la Guerra, en
1814 no regresaron a Córdoba sino que pasaron a la Yeguada de Aranjuez, quedando las caballerizas cordobesas como depósito de sementales. Además de esto Córdoba perdió importancia porque el rey
Fernando VII apoyó la Yeguada de las Lomas de
Úbeda en
1820 y suspendió la prohibición de cubrir yeguas con garañón al sur de la "raya real", lo que favoreció el uso de la
mula en el enganche de coches y diligencias, que en el sur de la
península Ibérica anteriormente sólo se utilizaba en labores del campo. Además su hermano el
Infante Carlos, presidente de la Junta Suprema de Caballería y partidario de cruzar yeguas andaluzas con otras razas europeas, como el
caballo normando, el
trakelner, el
holstein y el
hannoveriano, creó las yeguadas de
Cazorla y de
Sevilla en
1828 y
1830 respectivamente, lo que causó un grave deterioro genético a la cabaña.
Como contrapartida a mediados de siglo se crearon las Escuelas de Veterinaria de
Zaragoza,
León y Córdoba, esta última en
1847, dependiente de la
Universidad de Sevilla y dedicada especialmente al cuidado y mejora del caballo. Asimismo en
1864, por iniciativa del
lojeño Narváez, el Ramo de Guerra se encargó de la cría y del fomento caballar nacional. Además, muchos ganaderos andaluces no habían practicado esos cruces, por lo que fue posible recuperar la pureza original de la raza, cuado en
1893 el
Ministerio de Guerra decidió organizó la cría caballar en España, ubicando la yeguada nacional, luego militar, en la Hacienda de Moratalla, en
Hornachuelos y
Posadas. Para la recuperación del caballo andaluz se utilizaron 18 yeguas procedentes de Córdoba,
Montilla y
Jerez de la Frontera. En el último trecio del siglo XIX funcionaban los depósitos de sementales de Córdoba, Úbeda, Jerez y Valladolid y en los primeros años del
siglo XX se fundaron otros en
Alcalá de Henares,
Hospitalet de Llobregat,
Garrapinillos,
Bétera,
Léon y
Santander.
En
1912 Cría Caballar, que dependía del Ejército, abrió en España el primer libro para inscribir los caballos de
raza árabe,
pura raza inglés y
anglo-árabe, decidiendo inscribir a los tradicionalmente llamados caballos andaluces como
Pura Raza Española, más tarde abreviado como
PRE.
[14] En los
años 1920 la yeguada nacional de Moratalla se amplío en
Medina-Sidonia y luego en Jerez. Durante la
Segunda República la competencia en la cría y el fomento caballar se trasladó al
Ministerio de Fomento y posteriormente al
Ministerio de Agricultura.
Durante el
Franquismo la yeguada nacional pasó a llamarse yeguada militar. En
1956 se sacó de la Hacienda de Moratalla y se trasladó a
Écija, a la fincas de la Turquilla y de la Isla; a Jerez, al Cortijo de Vicos y a la finca de Garrapilos; a
Ibio, y a
Lore-Toki (en
San Sebastián). Además se abrieron nuevos depósitos de sementales en
Manacor y
Hoya Fría (en
Tenerife). En este periodo, en que se impuso definitivamente la locomoción en las labores del campo y en la tracción de vehículos, la raza de caballos andaluces se conservó gracias a algunos ganaderos, andaluces y
extremeños fundamentalmente, como son Terry, Bahones, Guerrero, Pallarés, Romero Benítez, Escalera, Miura y Blasco Balbuena, entre otros. Asimimo fue muy importante la labor de la
Federación Hípica Española, del laboratorio de locomoción de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad de Córdoba y de Álvaro Domecq, así como la promoción de la raza que hizo la Feria del ganado de Jerez, que pasó a denominarse
Feria del Caballo.
A partir de
1966 España impidió a Portugal inscribir en su libro a sus caballos, por lo que el país luso eligió dar a sus caballos andaluces una nueva denominación: caballo lusitano, en recuerdo de la antigua
Lusitania. Portugal abrió su propio registro, que permaneció abierto hasta
1980 y que volvió a abrir entre 1996 y 1999, para refrescar la sangre nuevamente con caballos andaluces.
En
1972 se constituyó con sede en Sevilla la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Españoles (ANCCE).
[15] En
1973 el Ayuntamiento de Jerez creó el premio Caballo de Oro, que concedió a
Álvaro Domecq y en cuyo acto de entrega se estrenó el espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces", ideado por el propio Domecq, con la asistencia del
Príncipe de España. Este espectáculo fue el origen de la Fundación
Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Entre
1989 y
1992 se produjo en España un brote de
peste equina que afectó a la cabaña de caballos andaluces. En
1990 el
Ministerio de Hacienda trasladó la yeguada del Bocado, de
Terry, a la dehesa de la Fuente del Suero, ambas patrimonio expropiado a
RUMASA, donde permanece.
[16] Desde 1991 la ANCCE organiza en Sevilla la última semana de noviembre el Salón Internacional de Caballo (SICAB), con un importante concurso morfológico.
En
1995 las caballerizas de Córdoba perdieron su uso como depósito de sementales, permaneciendo vacías desde entonces. En
1996 se inauguró el
Museo del Caballo de Jerez y algo después el
Museo de Carruajes de Sevilla. Ese mismo año se creó
Córdoba Ecuestre, que organiza el concurso CABALCOR y en 2002 se celebraron los
Juegos Ecuestres mundiales en Jerez.
En los últimos tiempos varios caballos andaluces han participado en los Juegos Olímpicos en la modalidad de doma, obteniendo
diploma olímpico, bronce individual y plata por equipos en
Atlanta 1996,
Sidney 2000 y
Atenas 2004. Asimismo es frecuente su presencia en
raids.
[editar] Características
- Alzada o altura a la cruz entre 155 y 165 cm;
- Cuello fuerte y arqueado, cubierto de una crinera larga y colgante;
- Cabeza mediana y ligeramente convexa (cabeza de halcón);
- Ojos vivaces;
- Pecho amplio;
- Grupa redondeada y potente;
- Porte orgulloso y elegante;
- Armoniosas proporciones;
- Actualmente se admiten todos los colores de capa menos el pío, aunque en el pasado sólo se admitían el negro, el tordo y el castaño. El color más común es el tordo.
El caballo andaluz es fácil de montar, por lo que se utiliza como caballo de paseo. Se usa en las disciplinas de la
doma clásica,
doma vaquera y en el
rejoneo. En la doma clásica destaca por su buena cabeza, excelente trote, buena reunión,
piaffé y
passage casi perfecto. Por el contrario, pierde mucho en alargamientos y paso.
La cría del caballo andaluz se centra en España, aunque existen buenas yeguadas por todo el mundo. El sistema de cría se basa en manadas de yeguas que viven sueltas en estado de semilibertad. Algunos potros son vendidos al destete y otros permanecen en la yeguada y empiezan a ser domados a los tres años. Las yeguas no se doman ni montan, pero sí participan en concursos de morfología.
En las yeguadas es frecuente que los machos lleven el nombre de la madre en masculino; por ejemplo, que el hijo de
Vinatera se llame
Vinatero. Sin embargo, a todas las hembras nacidas en la yeguada el mismo año, se les pone un nombre que empieza por la misma letra y que pueda utilizarse en masculino para los potros que nazcan de ellas.
[editar] Competición
Durante todo el año se realizan concursos morfológicos en que los caballos son juzgados por sexo y edad. Los ejemplares de ambos sexos participan en los concursos de manera individual, aunque las yeguas pueden participar en cobras.
[17] Además de a la morfología se da importancia a la funcionalidad. De hecho, el 25% de la nota de los machos de más de 4 años depende de una prueba de doma. Los ganadores de estos concursos quedan clasificados para la final del
SICAB, que se disputa en noviembre en el
Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. El SICAB es el acto más importante dentro del mundo del caballo andaluz. En él tiene lugar la final del Campeonato de España de
Pura Raza Español, así como subastas, espectáculos, conferencias, etc.
[editar] El caballo andaluz en la ficción
Por su espectacular apariencia, el caballo andaluz se ha convertido en una raza frecuentemente utilizada en el cine, especialmente en películas de historia y ciencia ficción. De este modo los caballos andaluces Domero y Blanco hacen de
Sombragris en la
trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos. El papel de
Asfaloth fue interpretado por otro andaluz llamado Florián y el
unicornio de
Peter Pevensie en
Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario también fue interpretado por un andaluz.
Mel Gibson cabalgó a Jardinero X en
Braveheart. Seis andaluces interpretan a los dos unicornios en
Legend, de
Ridley Scott. Los caballos andaluces aparecen frecuentemente en películas sobre la
tauromaquia u otros aspectos de la cultura española.
Big Boss en
Metal Gear Solid 3: Snake Eater cabalga y favorece a la raza andaluza. En el
manga Cesare, Cesare Borgia monta a un andaluz llamado Romulus y regala otro andaluz llamado Remus al protagonista de la serie, Angelo. El caballo de
El Zorro en
La máscara del Zorro es identificado como un caballo andaluz, aunque en realidad se trata de un
frisón.
[editar] Véase también
- ↑ Estatutos de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura
CABALLOS El SHIRE RAZAS DE CABALLOS
PELAJES / CAPAS
- En su mayoría negros, castaño claro y oscuros
CARACTERÍSTICAS:
- Cuerpo muy musculoso y redondeado
- Cabeza grande con perfil convexo
- Extremidades fuertes y muy peludas
- cascos sano
TEMPERAMENTO:
- Dócil
- Estable
- Voluntarioso
Alzada: de 1,65 a1,91 m a la cruz
País de Origen: Gran Bretaña (Inglaterra, Midlands)
El Shire, es uno de los caballos más potentes que se han criado, lo que le falta de velocidad lo compensa con su fuerza y resistencia. Su gran cuerpo compacto tiene las espaldas y los antebrazos largos y muy potentes. El pecho es ancho, y los cuartos traseros musculosos. La cabeza tiene el perfil acarnerado y los carrillos grandes. La mayoría de ellos están calzados de blanco y las extremidades inferiores cubiertas de pelo largo y sedoso que recubre los cascos fuertes y redondos.
Un poco de historia: a principios del siglo XIV se importaron a Inglaterra cien caballos lombardos para cruzar con las yeguas nativas con el propósito de producir un ganado capaz de soportar el peso de un caballero y su armadura. Se cree que el Shire es descendiente directo de este caballo de batalla medieval, pero es poco probable que sea la misma raza en sí, ya que incluso el Shire resulta demasiado grande para llevar las armaduras que protegieron a los caballos de entonces.
La raza se desarrolló para satisfacer las necesidades de los agricultores, que querían caballos capaces de tirar de sus carros y carruajes, de labrar los campos con rapidez, además de arrastrar cargas pesadas por la malas carreteras camperas. La raza toma el nombre del condado donde se originó.
A lo largo del siglo XIX, el Shire fue una de las características esenciales de la vida comercial inglesa. A parte de su papel fundamental en la economía agrícola y forestal, también trabajo en los pueblos y las ciudades en el transporte de mercancías desde los puertos y estaciones de ferrocarril
En 1870 se formó una asociación de criadores para fomentar la cría "Cart Horse Society", y en 1878 cambió de nombre para llamarse "Shire Horse Society". En 1882 se publicó el primer libro de orígenes con el registro del pedigrí de los productos.
En 1947 y 1948 en Gran Bretaña se sacrificaron hasta cien mil ejemplares al año, y el número de potros se redujo a solo 80. Gradualmente gracias a los criadores dedicados a preservar la raza al borde de la extinción, en Europa se ha recuperad el número hasta el punto de que cada año se registran hasta quinientos potros de pura raza.
En la Actualidad: La popularidad del Shire parece crecer en esta época para labrar campos y también se los utiliza en la industria forestal así como para el trabajo publicitario de compañías y fabricas de cerveza.
El Shire se cría en Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
También son populares en las ferias y exhibiciones. Los criadores cruzan a estos ejemplares con caballos de sangre templada o purasangres para producir caballos de competición con temperamentos estables.
Caballo árabe
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Napoleón montando un caballo árabe, probablemente el Marengo. El caballo de raza árabe debe su reputación a su inteligencia, carácter fuerte y resistencia sobresaliente. Con una cabeza característica y la cola siempre en alto, el caballo árabe es una de las razas de caballos mejor reconocidas en el mundo.
Es una de las razas de caballo más antiguas, ya que hay evidencia arqueológica de hace 4.500 años de caballos muy similares a los árabes modernos. En el transcurso de la historia, los caballos árabes del Medio Oriente se esparcieron por el mundo gracias al comercio y las guerras. También fueron muy usados para mejorar otras razas al añadir velocidad, refinamiento, resistencia y buena estructura ósea. Hoy día, las líneas árabes se pueden encontrar en casi cada raza moderna de caballos para montar.
Los caballos árabes se desarrollaron en un clima desértico y eran valorados por los nómadas beduinos, quienes frecuentemente los alojaban dentro de sus tiendas para cubrirlos y protegerlos.[1] Esta relación cercana con los humanos creó una raza de caballo con buena disposición, rápido para aprender, y dispuesto a complacer. Pero el caballo árabe también desarrolló el carácter fuerte y el estado alerta necesario en un caballo usado para los asaltos de las guerras. Esta combinación de disposición y sensibilidad requiere que los dueños modernos de árabes traten sus caballos con respeto y mucha habilidad.[2]
"El polifacético árabe" es el lema de la raza. Los árabes compiten hoy en muchos campos de actividad ecuestres, lo que los hace una de las 10 razas de caballo más populares en el mundo. Los caballos árabes hoy se pueden encontrar en todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Australia, Europa continental, Sudamérica (especialmente Brasil), y en su tierra de origen, el Medio Oriente.
[editar] Características de la raza
Un caballo árabe joven, demostrando perfil cóncavo, cuello arqueado, trasero nivelado y la cola en alto. Los caballos árabes tienen una cabeza en forma de cuña y bien refinada, frente amplia, ojos grandes, fosas nasales grandes y hocicos pequeños. La mayoría despliega un perfil distintivamente cóncavo. Muchos árabes también tienen un pequeño aumento en la frente entre los ojos, llamado "jibbah" por los beduinos, que añade más capacidad en los senos paranasales. Se cree que esto les sirvió en su natal clima seco del desierto.[3] [4]
Otras características distintivas son su trasero relativamente largo y nivelado y su cola en alto. Los árabes de buen linaje poseen caderas profundas y bien anguladas, y hombros con buena caída. La mayoría tienen cuerpos compactos con espaldas cortas. Algunos, y no todos, tienen 5 vértebras lumbares en vez de las usuales 6, y 17 pares de costillas en vez de 18. Así, un árabe puede cargar un jinete pesado con facilidad, aunque sea pequeño.
Los árabes normalmente poseen huesos fuertes y densos, patas fuertes y buenas paredes en los cascos. Se les prefiere especialmente por su aguante. Los árabes tienen balance natural, agilidad y empuje, cualidades originalmente esenciales para un caballo de guerra en el desierto, y que hoy se ven en varias disciplinas competitivas.
El estándar de raza para los caballos árabes, según la Federación Ecuestre Estadounidense (United States Equestrian Federation), describe al árabe de pie entre 143,3 cm y 153,4 cm de altura, con algún individuo ocasionalmente un poco más bajo o más alto. Por eso, todos los árabes, sin importar su altura, son clasificados como "caballos", aunque 144,3 cm es la altura divisiva entre caballos y ponis. Como muchos dueños de caballos en Europa y América prefieren animales más altos, el árabe ha sido cruzado para añadir altura, y hoy muchos árabes miden entre 152,4 y 162,6 cm.
[editar] Temperamento
Durante siglos, los caballos árabes vivieron en el desierto en asociación cercana con los humanos. Sólo a los caballos con buena disposición natural se les permitía reproducirse. Los árabes son hoy una de las pocas razas en las que la United States Equestrian Federation permite que niños/niñas demuestren sementales en eventos competitivos limitados a jinetes menores de 18 años.
Por otro lado, al árabe también se le clasifica como una raza de "sangre caliente", una categoría que incluye otros caballos refinados y de carácter fuerte que se cruzan para obtener velocidad, como el purasangre y el bereber. Como otros caballos de sangre caliente, la sensibilidad e inteligencia de los árabes permiten un aprendizaje rápido y mejor comunicación con sus jinetes. Sin embargo, su inteligencia también les permite aprender malos hábitos con la misma rapidez con la que aprenderían buenos hábitos. Rápidamente pueden perder la confianza en un jinete inexperto y no toleran prácticas de entrenamiento ineptas y abusivas.
EL FRISON "
Una de las razas de caballos más antigua que se conoce en Europa es el Frisón. Actualmente se cría en la comarca de Friesland, en Holanda, país donde es muy admirado por la importancia que ha tenido tanto en la historia del ser humano como en la de las razas equinas.
* CARACTERISTICAS:
- Capa: Negro Azabache,capa única
- Alzada: un minimo de 155cm, pero puede llegar a ser mucho más alto.
- Aspecto: tiene la cabeza larga, de la cual son muy características sus orejas, Son pequeñas pero muy despiertas y elegantes, características de la docilidad de la raza. Otra de las características más relevantes del Frisón es su veloz trote con extrema elevación de la rodilla. El cuerpo es muy compacto, robusto, fuerte y profundo, con espaldas muy potentes. Las cernejas (los mechones de cerdas implantadas bajo las cuartillas) son abundantes, y presentan un casco duro y azulado. Además, los cascos son muy resistentes a las enfermedades. Las crines y colas son abundantes y normalmente onduladas, y el cuello arqueado y muy pronunciado.
- Carácter: tranquilo, amistoso,sumiso,sensible, trabajador y activo.
- Funcionalidad: normalmente, se utiliza para el enganche, pero también se emplea para la silla,cada vez mas.